Durante treinta y cinco años fue sucesivamente profesor de Ética, Estética, Epistemología, Historia de la Filosofía, y Filosofía de la Historia en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue defensor de la libertad de cátedra y el pluralismo ideológico, luchó a favor de la autonomía universitaria y en contra de cualquier filosofía oficial.

Enseñó las más diversas corrientes filosóficas y fomentó el conocimiento de las circunstancias nacionales para evitar imitaciones extralógicas. Sus inquietudes filosóficas lo inclinaron hasta el antiintelectualismo y el intuicionismo (incluyendo todo tipo de intuiciones, desde la empática, volitiva, eidética, etcétera), como formas de explorar desde diferentes ángulos la experiencia total. Su preocupación por problemas morales y existenciales lo condujo a escribir (entre 1916 y 1919) su obra capital La existencia como economía, como desinterés y como caridad, que auguró un existencialismo cristiano (al ver en la caridad y la esperanza categorías exclusivas de la existencia humana), y entre su números bibliografía también cabría mencionar: El problema filosófico de la educaciónEl concepto de la historia universal y la filosofía de los valoresEl problema de México y la ideología nacionalPrincipios de estéticaSociología genética y sistemáticaEl peligro del hombre y La persona humana y el estado totalitario. Durante toda su vida escribió en la prensa y en revistas especializadas artículos que recogió en sus libros: Problemas filosóficosFilósofos y doctrinas moralesEnsayos críticos y polémicosDiscursos a la nación mexicanaDiscursos heterogéneos, etcétera

Recibió de Francia las Palmas Académicas y de Alemania la Medalla Goethe Für Kunst und Wissenschaft. Fue doctor honoris causa de las universidades de Río de Janeiro, San Marcos de Lima y la Universidad de la Habana.

 

(Selección y adaptación del texto de Rosa Krauze en Setenta años de la Facultad de Filosofía y Letras, unam, 1994)