Adolfo Sánchez Vázquez nació en Alcegiras, Cádiz, en 1915. En 1935 inició sus estudios de filosofía en la Universidad Central de Madrid. Desde temprana edad se incorporó a la “Juventud Socialista Unificada” y participó activamente en la lucha republicana. Cuando comenzó la Guerra Civil, se enlistó en el ejército, formando parte de la comisión de prensa y propaganda. En 1939 sobrevino la derrota; “[…] los caminos se poblaron de caminantes y hombres fugitivos que marcharon al destierro con el dolor a cuestas”, decía Pablo Neruda. Arribó a Veracruz el 13 de junio de 1939.
La obra de Adolfo Sánchez Vázquez se ha desplegado principalmente en direcciones como la ética, la estética, la filosofía política y la filosofía contemporánea, aunque no ha dejado de abordar otras problemáticas. En el caso de la ética, frente al apriorismo, utopismo y moralismo, intenta fundar una ética desde el punto de vista científico. En el terreno de la estética su reflexión se inicia con el libro Las ideas estéticas de Marx (1965) y se continúa en la antología sobre Estética y marxismo (1970), así como en otras obras en donde se despliega un abanico de opciones frente a las tesis cerradas o normativas. Sostiene una concepción abierta de la relación estética entre el hombre y la realidad, concibiendo al arte como una forma de praxis.
En su obra Filosofía de la praxis (1967), que fue originalmente su tesis doctoral, rastrea filológicamente el concepto de “praxis” en la filosofía y propone diversas dimensiones. Más tarde, en su ensayo “La filosofía de la praxis como nueva práctica de la filosofía”, incluido en Ensayos marxistas sobre filosofía e ideología (1983), concluye que: “El marxismo representa una innovación radical en la filosofía. Su novedad estriba en ser una nueva práctica de la filosofía pero lo es justamente por ser una filosofía de la práctica”.
Sánchez Vázquez ha hecho una honda reflexión sobre el legado de Marx y sus consecuencias en la filosofía, la sociedad, la política y la historia. Esta reflexión ha sido profundamente crítica y autocrítica. Por un lado, ha buscado destacar y enriquecer las concepciones originales del marxismo pero, por otro, ha sido un opositor implacable de las falsificaciones y dogmatizaciones que se han hecho en su nombre. En ese sentido, ya desde la década de los ochentas, al mismo tiempo que hacía una crítica al llamado socialismo real, fundamentaba la tesis de un socialismo democrático.
El doctor Sánchez Vázquez ha sido honrado con el doctorado honoris causapor la Universidad Autónoma de Puebla, La Universidad de Cádiz y la Universidad Nacional de Estudios a Distancia de España. Ha recibido la distinción “Alfonso X el sabio”, otorgada por el Rey de España; el Premio Universidad Nacional en el área de Investigación en Humanidades y es profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam.
(Selección y adaptación del texto de Gabriel Vargas Lozano, en Setenta años de la Facultad de Filosofía y Letras, unam, 1994)